25 feb 2012

octogenaria

supongo que a estas alturas de mi vida tendría que ser una mujer dedicada al piano, a la lectura y a la escritura, rodeada de una codiciada soledad y envuelta en las corrientes de mi espacio. En vez de eso me encuentro luchando con mis carencias, respirando la intensidad que hay fuera de mi...
mi espalda recta sería el soporte de mi mirada tranquila y comprensiva y mis dedos serían la extensión de mi energía, que haría girar dando vueltas sobre mi...
la elipse que me mantiene no me permite el ángulo que necesito.

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Tengo curiosidad por saber qué es lo que piensas sobre ésto...