Cuando era pequeña mi papá los domingos encendía su minicadena, un trasto enorme que todavía anda por casa, que podía reproducir discos de vinilo y cintas.
Cuando, desde mi cuarto oía las primeras notas de La Leyenda del Tiempo, o cuando El Bolero de Ravel crecía hasta llegar a mi cama, abría los ojos y salía disparada hacia la cocina.
Sabía que mi papá estaba preparándonos el desayuno y que iríamos a pasear al campo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tengo curiosidad por saber qué es lo que piensas sobre ésto...